jueves, 24 de noviembre de 2011

Teclado vintage: Gibson G-101

Cuando alguien dice "Gibson" en una conversación la gente piensa sin duda en guitarras sólidas, y sobre todo lo asocia a una gran calidad. Los músicos más frikis incluso pueden contar maravillas sobre sus guitarras acústicas (el mismisimo Lennon las llevaba). El friki más vintage podría decirte que las Les Paul de antes del 68 son mejores debido a que las actuales están aligeradas o que los amplis son de una calidad excepcional. Pero el teclista friki vintage lo primero que piensa es en un teclado de transistores con acabados en un verde bastante horroroso que inconfundible en el sonido de The Doors.

Si señor, muchos no saben que Gibson (afortunadamente) hacía teclados, para ser de transistores y tan antiguos son de una gran calidad, hoy día muy reclamados por ese timbre tan especial y muy difícil de conseguirlos porque han llegado muy pocas unidades han aguantado los achaques de los años y han llegado a nuestro tiempo.

Poca historia se puede contar sobre este teclado: A mediados de los años 60 Gibson quería hacer llegar al músico más instrumentos que los ya clásicos guitarra y bajo, y se aventuró en el loco mundo de los órganos: Financió a la empresa de teclados californiana Lowrey (que fabricaba los teclados Kalamazoo) y rebautizó todos sus modelos cambiando la "K" por la "G".

Pocos modelos se conocen de teclados Gibson, pero sin lugar a duda el más famoso es el G-101, un teclado "barato" si lo comparamos con el precio que tenían (y tienen) los Hammonds. Al igual que Vox o Farfisa, Gibson ofrecía un modelo más juvenil, menos peso y una combinación fácil de interruptores para controlar los sonidos (un tosquísimo sistema de drawbars). Los interruptores, como hemos dicho, se usaban a modo de drawbars, obviamente sólo tenían una posición, por lo tanto la variedad de matices era más pobre si lo comparamos con Hammond. También tenía un efecto "Leslie" de Stop/Fast/Rotary en otro juego de interruptores.
Incorporaba otra serie de novedosos interruptores con pintorescos sonidos de trombones, sección de cuerdas, trompetas y demás, que podían combinarse con los sonidos de órgano. Contaba con un controlador de volumen en la mano, así como controladores de equialización.
El teclado incorporaba como "extras" un pedal de expresión de volumen y una pedalera de bajos bastante atractiva, ya que por lo que veo debe ser muy cómoda de tocar.

Poco más que contar de este teclado. Su máximo exponente fue Ray Manzarek, que lo popularizó (así como el Vox Continental) y lo sacó a relucir en discos y directos de The Doors combinado con un Fender Rhodes Piano Bass

1 comentario:

Nacho 8A dijo...

Apunto que Manzarek comenzó a utilizarlo cuando VOX vendió la patente a una empresa italiana y estos bajaron notablemente la calidad de los Continental poniéndoles teclas de plástico y abaratando la electrónica.

Dejaron de ser fiables así que Manzarek se pasó al G-101.