domingo, 1 de septiembre de 2013
El Quirófano: Delfine Pyongyang
Uno de esos días nubosos y tontos de verano apareció una grácil teclista catalana por la puerta a lomos de un trombón. Le dije que en esta consulta no se atendían instrumentistas de viento-metal, pero insistió tanto en ser teclista y querer ser operada que tuve que acceder a tratarla. No solo se ha desnudado en el quirófano, sino que ha desnudado sus frases para hablar sin tapujos sobre su educación musical, frustraciones y proyectos paralelos.
Buenos días, Delfine... ¿Delfine?... ¿Pyongyang?
Lo siento pero no puedo revelar mi nombre. Tengo buenas razones para ello. Razones adolescentes, no digo más. Lo que sí puedo revelar es que antes de tirarme de cabeza al rock and roll fui alumna del Conservatorio de Barcelona, estudiante díscola que a pesar de todo tocaba mil horas cada día para conseguir bordar el Carnaval de Schumann.
Soy gran amante de todo lo que huela a la DPRK, ¿Por qué Pyongyang?
Bien, le respondo. Odio y amo a la Humanidad a partes iguales. Igual que nuestro amado líder de la familia de los Kim. Pero en realidad cuando escogí esta identidad fue para despistar a mis enemigos. Me buscan incesantemente por las redes sociales. El nombre Delfine proviene del francés Délphine, que era una persona que conocí en una fiesta de Erasmus. Llegamos a esta fiesta y mi amigo Pedro se desnudó y se puso a 4 patas a pasearse por entre los sorprendidos anfitriones. Luego empezó a saltar encima de una cama y una chica no paraba de chillar “Délphine, Délphine!!!!” con una voz de soprano que nunca olvidaré. Lo de Pyonyang es una feliz coincidencia entre la peor democracia de nuestro tiempo y uno de los mejores cómics que he leído.
¿Qué se mueve en la cabeza de Delfine? No quiero hacerle una lobotomía si no es necesario.
dentro de mi yos hay uno escritor de poesía y una alma medio travesti a quién le encanta disfrazarse y salir al escenario. Todo aquí: http://annapantinat.wordpress.com
Creo que su caso puede llegar a ser grave. Dígame que drogas ha consumido
Como te decía antes amo a partes iguales lo sublime y lo infecto, soy y he sido totalmente chaquetera en cuanto a tribus urbanas así que me va a ser difícil hacer una selección. Pero vamos allá.
Mis porros son Beach House, la Bossa Nova (Stan Getz no, por favor, lo odio) y Pj Harvey. En cuánto a la coca podríamos hablar de Camilo Sesto, Patrick Topaloff, Igor Stravinsky y Raphael, todos ellos grandes músicos que tengo que escuchar breve pero intensamente. Mis chutes de heroína para Mecano, Devo, B-52 y Supertramp. La música garage y el funk en su conjunto vendrían a ser lo que el speed para mi, una non-stop party dondequiera que me encuentre. El LSD es la música clásica, capaz de describir paisajes, colores y emociones. La música buena, buena de verdad y con mayúsculas. El jazz en segundo puesto. En tercer puesto cualquier disco que no haya escuchado nunca.Me gustan los experimentos musicales siempre y cuando no se vea una actitud manifiesta de joder al oyente. Como espectadora y como todo en la vida, me gusta que me traten bien.
¿Suele consumirlas con frecuencia?
No, no yo no escucho música jamás, a no ser que esté limpiando mi hogar. Pero Liar, Liar de los Castaways me hace sublimar todas mis frustraciones. Tiene los dos elementos que más me chiflan: un teclado que vibra y voces en falsete.
Dígame con todo lujo de detalles su gear musical, por favor expláyese.
¿Se musica con otros instrumentos que no sean teclados?
Canto ópera, toco el trombón de varas y el theremin. Pero todo lo hago mal. Y me gusta que así sea. Gracias a las fuerzas superiores he vencido a la manía del virtuosismo que me retuvo en sus fauces durante los mejores años de mi vida.
A nivel del bulbo raquídeo veo la palabra "microkorg" ¿Qué significa para usted?
Significa la incomodidad de tocar con unas teclas muy pequeñas pero la comodidad en todo lo demás. Y me encantan sus sonidos. Nobles y sin trampa. I love it
Ya le he extirpado el problema, puede irse tranquila a su casa, pero por favor siga tocando el teclado con frecuencia.
Ya está Hugo, ha sido un placer contestar las preguntas, lo he pasado bomba, jejejej (fin de la cita).
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