lunes, 29 de diciembre de 2008

Teclista vintage: Jerry Lee Lewis

El hombre loco, "The Killer" (El asesino), el hombre que llevó el piano al rock, que cometió excesos, que bailaba en la cuerda floja, que enloquecía a la gente en sus conciertos. Señores, os presento a Jerry Lee Lewis.
Si no habeis visto la película "Gran bola de fuego" (Great ball of fire) ya estáis yendo al videoclub más cercano a alquilarla, porque reproduce fielmente los comienzos de este personaje.

En esta actualización no vamos a hablar de teclados vintage, pues cuando este hombre salía de gira los Fender Rhodes estaban en proceso de gestación (y lo agradezco, no imagino a Jerry frente a un piano con un sonido tan metálico). Simplemente decir que como pianista (porque no lo considero teclista) llevaba un pequeño piano de pared en giras (debido al peso reducido) y un piano de cola para grandes actuaciones.

Jerry Lee Lewis no necesitaba de grandes sólos de piano, escalas ni florituras para demostrar que era un gran pianista, se regía por patrones de blues y rock de los años 50 que él mismo alteraba, dando a un estilo particular a sus composiciones.

Jerry Lee Lewis no necesitaba de muchos músicos de apoyo, simplemente un batería que marcara un sencillo ritmo y un bajista moviéndose por la escala de blues era lo que requería, aunque con el tiempo incorporó un guitarrista, probablemente debido al auge y demanda del sonido de la recién nacida guitarra eléctrica. Con el tiempo (y por desgracia) sustituyó su pesado piano de pared por esa guitarra eléctrica por motivos de transporte en las giras.

Jerry Lee Lewis no necesitaba teloneros, de todos es sabida la discusión con Chuck Berry por salir de cabeza de cartel. Jerry Lee salió de telonero, hizo una actuación memorable, quemó el piano en "Great balls of fire" mientras lo tocaba, dejó al público enloquecido y a un Chuck Berry asustado ante lo que se le venía encima. Os dejo el trozo de película para que lo comprobeis.
http://nz.youtube.com/watch?v=2Jq_XZqQauI

Jerry Lee Lewis no ofrecía espectáculo, ÉL era el espectáculo. Se ganó merecidamente el apodo de "El asesino", y es verdad. Es verdad que quizá hayan habido miles de pianistas mejor que él, pero su energía en los conciertos, esa forma enloquecida de cantar que hace que te muevas en tu asiento, esa forma de ganarse al público, quemar el piano y seguir tocando con él en llamas, mirar lascivamente a las chicas desde el escenario, maltratar su instrumento, subirse encima de él con el micrófono y cantar a pelo, acompañándose de su banda simplemente. Jerry Lee Lewis es grande amigos, Jerry Lee Lewis es el pianista del que todos hemos bebido, todos queremos conseguir ese sonido endemoniado, queremos movernos como él delante de las teclas, y todos queremos tener los c*****s de quemar nuestro teclado mientras hacemos una actuación en directo, pero amigos, no somos Jerry Lee Lewis.

Jerry Lee Lewis aprendió de los grandes, de los grandes desconocidos del blues en los años 40, se escapaba de cas para verlos en locales de mala reputación, hasta lo echaron de un colegio interno. Jerry escondió su virtuosismo a sus padres y empezó a ganarse la vida tocando en esos pútridos garitos, hasta que le llegó su oportunidad.

Jerry Lee Lewis tuvo un defecto: Airear su vida privada. No sabemos nada de la vida privada de muchísimos artistas (por ejemplo Dylan es un ídolo de masas y no sabemos prácticamente nada de su vida privada, ni nos interesa). A nadie le importa que Jerry Lee Lewis fuera un consumidor compulsivo de drogas, que se casara con su prima de 16 años (que realmente era su sobrina segunda, vamos que hay más endogamia en un pueblo de 500 habitantes). Lo malo es que esa imagen le perjudicó y le impidió ser el ídolo de masas que llegó a ser a finales de los 50, aunque tuvo muchos números 1 y muchos conciertos con el cartel de "sold out".

Siempre quedará en el recuerdo la frase que le dijo a Elvis: "Tú vas a ser el rey del rock, sabes por qué? Mira esa chica, tiene 16 años, es mi prima y me voy a casar con ella".

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